martes, 11 de agosto de 2009

CULTURA, MENTE Y EDUCACIÓN


La cultura aparece como el universo mental, moral y simbólico común de un grupo de personas, gracias a la cual y a través de la cual estas personas pueden comunicarse entre ellas, conocer sus intereses comunes, sus divergencias y oposiciones, y sentirse en fin, cada uno individualmente y todos colectivamente, miembros de una misma entidad. Lo anterior evidencia que la cultura no llega al hombre de forma natural, por el contrario nos hace ver que para que un hombre tenga cultura es necesario la influencia del la educación en la mente del ser humano. Por lo tanto en el presente escrito, hablaré un poco sobre qué significa cultura y cómo permite al hombre humanizarse.


El niño que nace y crece en una cultura particular es destinado a deber amar ciertas cosas, a comer de cierta manera, a percibir ciertos sentimientos y colores, a casarse según ciertos ritos, a adoptar ciertos gestos o ciertas mímicas. En este sentido se podría decir que la cultura es la manera común como un grupo de personas ven y conciben el mundo, pues ella informa la personalidad en la manera en que ella le confiere una forma, una configuración, una fisionomía que le permite funcionar en el centro de una sociedad.

Sin embargo, para que la cultura pueda hacer que el hombre no sólo pueda ser participante activo de la sociedad, sino logre humanizarse, requiere que dicha sociedad lo guíe, le muestre cómo funciona su entorno, y para que la sociedad logre ello, debe permitir al hombre recibir una educación no sólo basada en los principios y valores, sino en el aprendizaje y desarrollo de la mente, pues como lo manifiesta Bruner: “la educación no es sólo una tarea técnica de procesamiento de la información bien organizado, ni siquiera sencillamente una cuestión de aplicar «teorías del aprendizaje» en el aula ni de usar los resultados de «pruebas de rendimiento» centradas en el sujeto. Es una empresa compleja de adaptar una cultura a las necesidades de sus miembros, y de aceptar a sus miembros y sus formas de conocer a las necesidades de la cultura”.

Entonces, aunque la propia cultura está hecha por el hombre, a la vez conforma y hace posible el funcionamiento de una mente distintivamente humana. En esta perspectiva, el aprendizaje y el pensamiento siempre están situados en un contexto cultural y siempre dependen de la utilización de recursos culturales.

De esta manera, se puede concluir diciendo que no se puede concebir la cultura sin tener en cuenta la mente y la educación, pues solo por medio de ellas el hombre puede llegar a humanizarse.